Se trató de una visitación como cualquier otra, de menor magnitud que la mayoría pero del mismo tipo que todas, que trajo bendiciones para algunos y desastres para otros. En esta ocasión el ángel era Natanael, e hizo su aparición en un barrio comercial del centro. Tuvieron lugar cuatro curaciones milagrosas: la eliminación de carcinomas en dos individuos, la regeneración de la médula espinal en un parapléjico, y la recuperación de la vista de una persona que hacía poco que había quedado ciega. Se produjeron también dos milagros que no eran curaciones: una furgoneta de reparto, cuyo conductor se había desmayado al ver al ángel, se detuvo antes de llegar a atropellar a los transeúntes que se agolpaban en la acera; otro hombre fue atrapado cuando el ángel partía por un rayo de luz celestial que le extirpó los ojos pero aseguró su devoción.
Un altre cas en què la pel·lícula em va fer buscar el llibre. En realitat, l’obra cinematogràfica està basada en un dels relats que apareixen en aquesta recopilació d’històries de Ted Chiang.
No sé ben bé què dir. El fragment que obre aquesta entrada és del conte “El infierno es la ausencia de Dios”, però podria haver ressaltat qualsevol altra història. El cervell d’en Ted l’haurien d’estudiar quan es mori, si és que hom és capaç d’interpretar-lo.